
Del genial Forges
Imagina por un segundo: llegas al trabajo a las 8, pasado el mediodía comes en solo 40 minutos y sales entre las 5 y las 6 de la tarde con la sensación de finalizar una jornada productiva. Una cosa es segura: no estás en España.
El debate no es nuevo pero sigue siendo de rabiosa actualidad a horas de celebrarse el Primero de Mayo, día del trabajo: España sigue a la cola de Europa en productividad y paradójicamente, cuenta con la población que más cantidad de horas dedica al trabajo.
La tradición viene de lejos: el modelo “exclusivo” de jornada laboral es heredera de la época en que se curraba hasta las 15 hs en el trabajo principal y luego por la tarde se buscaba un complemento. Sin embargo, cuando esta situación fue superada, se mantuvo el peculiar horario de estas latitudes.
Existe una cultura presencial relacionada con el “echar horas”: tu compromiso con la empresa es proporcional al tiempo que pasas en ella. Esto venía también a cuenta de la generación de jefes tóxicos, sin preparación que temían cualquier amenaza por parte de los empleados, como una propuesta de cursar estudios.
Trabajar durante una suma excesiva de horas te puede convertir en improductivo “por hora”, es una cuestión matemática. Cuántos han vivido esa extraña situación de espera hasta que un empleado es el primero en levantarse y marcharse, seguido de todos los demás. Ser el primero en irse significaba falta de compromiso, y esas horas vacías forman parte del absetismo presencial.
El debate sigue abierto por varias razones: la gente continúa sin conciliar trabajo y familiar y las empresas necesitan personal más productivo, más motivado por su tarea. Aquí influye el grado de bienestar del trabajador: mayor tiempo para ocio, familia, descanso, estudio, o lo que sea. Retomar la fórmula de las 8 horas: 8 para trabajar, 8 de ocio, 8 para dormir.
Será cuestión de dejarlo en manos de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles, que sí, existe.
Este jueves celebramos el Primero de Mayo, un día en que la gran mayoría espera se rompa lo de “Spain is Diferent”, al menos en lo que respecta a horarios de trabajo.
Que el cambio de horario no nos encuentre trabajando.